Lo puedo ver a casi un kilómetro,
Pero a 100 Km. por autopista en unos
Pocos segundos lo tenes frente a vos.
Imponente allá, tal vez treinta o cuarenta metros por veinte.
Una pareja sonriente, anodina, con una falsa felicidad:
“Ellos ya no se preocupan, aseguraron su casa en la caja”
Varios metros más abajo, donde la luz de los reflectores no llega,
Y la inmensa estructura de hierro se clava en la tierra,
Puedo ver en la semioscuridad
Un centenar de casas construidas con chapa,
Madera, lona y cartón, precariamente firmes
Y amalgamados los techos de todas ellas.
Algunas de ellas irradian luz a través de los
Huecos que hacen de ventana.
Más allá distingo algunas siluetas alrededor de un fogón,
Calculo que desde allí solo perciben el reverso del cartel,
El lado oscuro de la cosa.
El inmenso escaparate tapa los reflectores
Y la luz de la autopista, quizás también el amanecer
Y los sumerge en una inmensa oscuridad.
Tal vez ignoren lo que toneladas de hierro sostienen
Sobre sus cabezas.
La visión dura unos segundos,
Cuando logro reponerme a mis pensamientos,
Una nueva publicidad diseñada a la talla del gran Goliat
Me espera a escasos metros.
Llego a mi casa, agarro el tubo del teléfono,
Escucho el tono y luego
“Seguros la caja, atención las 24 hs. Bienvenido”