Quisiera escribir algo simple pero hermoso, reunir las sonoridades más armónicas para susurrar a tu oído las verdades más eternas, llevarte ondulante a los paisajes de ensueño y que levites viendo todo en un instante mortal.
Quisiera que veas todo eso, que toda la puta imagen que se me acaba de ocurrir te llegue como una escupida en el medio de la jeta, un balde con lo que sale del aire acondicionado volcado en la cabeza. Quiero refregar mi milenario culo Zen en la idiota redondez de tu cara. Que todas las sensaciones se te impregnen como la gota de aceite que salta al remover el huevo frito.
Quisiera no dejar de escribir, que mis manos sigan atadas a la botonera, que mis piernas nunca dejen de temblar y este instante de “verdad” no me sea arrebatado. Quiero que leas y no entiendas, que te parezca un idiota, que te de lastima, que no te produzca nada, nada, ni la más mínima facción de tu cara se inmute al recorrerlo.
Quiero ver mi cara de odio al leer mañana lo que he escrito hoy, pero en tiempo real, leyéndolo de la misma manera que lo lean ustedes. No quiero releerlo nunca para no arrepentirme y borrarlo. Quiero seguir, mis brazos pesan, algo tenia que acordarme, comienzo a perder el ritmo ¿A dónde iba con la idea de…? ¿Cómo comenzó este párrafo? ¿Se escucharan los planetas cuando cantan? No comprendo, no me comprendo, ¿Que pensamos cuando no pensamos nada? Me molesta, no me molesten, blanco, cálido, brillante, quería que todo esto fuera algo gracioso. ¿Dónde estoy ahora? ¿Donde voy a terminar?. La mujer esta sentada y espera. Alguien me espera, quizás nunca lo entiendas, nunca lo entienda, quizás yo tampoco lo entienda. Solo intentaba escribir algo simple pero hermoso.
Todos Hemos Caído…
Recién las once de la noche…