sábado, 6 de octubre de 2012

Tren blanco



El tren de los cartoneros
no es blanco por la pintura,
es blanco por la luz 
de luna que baña
sus vagones.

El fantasma corre a medianoche
por los andenes plateados,
transportando carros,
cartones, personas
y sueños.

Un solitario tripulante
se arrima al estribo,
levanta la cabeza
hacia el cielo
y la mira.

“Lunita, que esta noche
venga en gracia,
que mañana pueda
alimentar a la familia,
te pido”

La luna no contesta,
pero sabiamente escucha,
él vuelve adentro satisfecho.
Y la luna siempre vela
por los sueños cartoneros.


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