viernes, 7 de mayo de 2010

Ja, Ja, Ja!!!


Recientemente en una de mis visitas al baño, ojeando un libro de Pepe Muleiro olvidado en un estante del bajo pileta, me di cuenta de que hace años que no escucho un chiste. De que no me rodeo de esas personas que vienen sin preámbulos y te dicen: “Había un argentino, un yankie y un inglés en…”. Me asombró dicho pensamiento, es algo en lo que no había reparado hasta ahora.

Y esto no quiere decir que me rodeo de gente aburrida, al contrario, creo que convivo con personas que piensan que la vida es un enorme y bizarro chiste. De historias de vida que, al igual que las películas de Wes Anderson, al contarlas son más graciosas que en el momento mismo en que acontecen, con escenas de carcajada y seguidillas de momentos amargos, de eterna celebración de la vida y temporadas en el infierno.

Enorme coágulo de soledades que al encontrarse forman un cáncer. De música, de libros y alcohol, de mate, de risa y de bronca, de eterna confrontación con uno mismo y con todo lo que nos rodea. Brindo por este inmenso ejército de cómicos sin un solo chiste en su haber y de la triste cantidad de mortales que se irán sin conocerlos.

A todos ellos mi más sincero agradecimiento…y…

“Mamá, mamá, en el colegio me llaman Loreal.

¿Por qué, hijo?

Porque yo lo valgo.”

No hay comentarios: