jueves, 16 de julio de 2009

Papeles encontrados: Toma I

Si todas las palabras ya fueron escritas,
Es imposible que un poema cambie al mundo.
Si fueron retratados ya todos los jardines
Y coronados todos los amores.

Si nos han hecho ya sentir propio el desengaño
Y ajena la cobardía.
Si ya no vivo entre caballeros
Sino entre basura y trenes viejos.

Si no es París sino Ezpeleta
Si no es amor sino estrategia.
Si todas las palabras ya fueron escritas.
¿Porque esta obsesión idiota de escribir poesía?

Vivan, respiren!!, sientan el suelo bajo sus pies
Algún día les faltará fuerza y ahí se sentirán bravos.
Celebren el cuerpo, el sexo, y otra vez la vida.
Si no pensáramos tanto nuestros actos, tal vez seria más dulce la partida.

Si todas las palabras ya fueron escritas,
¿Qué hago sentado frente a esta hoja?

2 comentarios:

Maxi dijo...

Tal vez por eso nos atemoriza lo invisible, lo que aparenta ser -pero no es, abstracción: una palabra, es en la materialidad de su tinta, materialidad aún también de sus pixeles, que de apariencia virtual, es una imagen que se escapa de un soporte electrónico, y sólo puede ser repetida.
La diferencia entonces, si sólo se repiten, está en las relaciones, y sus combinaciones.
Sin embargo, por accidente nuestro mundo no está cristalizado: la historia de una misma palabra afortunadamente nos aguarda contradictorias direcciones de sentido.
Entonces, quizá, en el absurdo intento de "decir" para cambiar lo que no cambia, se encuentra la resistencia que contribuye a la transformación, gestada siempre en el seno del azar de la materia, nunca igual bajo las fuerzas que intervienen, en el curso de la escritura (y de su historia).

Casi sin quererlo, aquí me impongo a "decir" que no hace(mo)s nada nuevo, que no cambia(mo)s nada; pero "esta" hoja blanca aquí compartida, y que no es otra cualquiera, ya no elige ni a "París" ni al "amor", sino a "Ezpeleta" y a la "estrategia".

Y así, por una hoja que no dice nada, se modifican los ejes invisibles de nuestro mundo; cambian otra vez el sentido de nuestras alegrías y tristezas, desnudando mucho mejor, la necesidad que urge en cada estómago de los anónimos de siempre.

Vivir, respirar, estar en la carne que duele, no fingir ser lo que se teme por ser ello lo siempre ajeno (toda letra es un rastro que no nos pertenece), y que los agobiados y aturdidos pulmones continúen respirando,
así pueden expirar el aire que nos confunde un sonido de otro
bandoneón; ése, el que canta mientras se muere de hambre.

Y, ¿cuántos oídos se atreverán con esa respiración?

sole dijo...

¡¡Bravo!!

los esperanzas de siempre...


el rock no ha muerto!


ARLT (el juguete rabioso)

-Lo que hay, es que esas cosas uno no se las puede decir a la gente.
Lo tomarían por loco. Y yo me digo: ¿qué hago de esta vida que hay
en mì? Y me gustaría darla... regalarla... acercarme a las personas y
decirles: ¡Ustedes tienen que ser alegres! ¿Saben?, tienen que jugar a
los piratas... hacer ciudades de mármol... reírse... tirar fuegos
artificiales

PD: que ¿casualidad? piloto aquí.