Grnch, grnch!! Hay veces en que
todavía creo sentirlo,
hubo una época en que diminutas larvas
se comían mi techo.
Asquerosos gusanos blancos que
dormían de día y por las noches
despertaban voraces para arremeter
contra los tirantes, encima de mi cama.
La música de fondo de mis
veinte minutos antes de dormir,
se tornaba insoportable las noches de insomnio.
Grnch, grnch!! Aquellos condenados se comían
mi techo y yo nada podía hacer.
Cada vez mas propensas a caerse, aquellas maderas
eran el centro de mis preocupaciones.
Al igual que las goteras, hoy las larvas han
desaparecido, por las noches solo escucho
el metálico sonido del reloj despertador.
Pero hay ciertas noches, aquellas en las que reina el
mas absoluto de los silencios, en que los puedo sentir,
Grnch, grnch!! De nuevo aquellos asquerosos gusanos
comiéndome el corazón.
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